Taeko Nomiya: dualidad a través del lente

Taeko Nomiya: dualidad a través del lente

En muchas ocasiones, el arte nace de una inspiración muy personal, donde la introspección y el querer conocerse, o dudar el quién soy, de dónde soy y a dónde voy, son la  base y estructura de un proyecto que marca la evolución y entendimiento personal, la dualidad que experimenta Taeko Nomiya, sin duda es una de estas. 


Taeko es un artista méxico-japonesa, que nació y creció en la Ciudad de México,  donde tuvo sus primeros acercamientos a una cámara y que gracias a su familia, el acto de retratar la vida a través del lente era un reflejo de lo que uno es, era y probablemente será, pero que también con la ascendencia japonesa, de sus padres, tendría una perspectiva diferente a la de alguien que sólo crece dentro de una cultura. 


Al crecer Taeko desarrolló una identidad nacional alrededor de su país de nacimiento y del cuál su familia era originaria, comenzando a ver la vida en japonés y hablando en español. Un contexto cultural distinto, donde al exterior, para sus amigos mexicanos era su “amiga japonesa” por más que dejara claro el que era nacida en México, mientras que en Japón, era la mexicana que tiene familia japonesa. Una realidad, que por fuera la hacía sentir sola en el mundo, como las fotografías que realizaba, donde sentía que solamente ella tenía esa visión.


Este proyecto que comenzó a desarrollar, en una combinación perfecta de dos fotografías, que los demás tal vez no entenderían, además de que ella considera que no pertenece a ninguna escuela de la fotografía, retrata en doble exposición los dos lentes con los que ella ve la vida, donde hay una realidad cotidiana y moderna en combinación y yuxtapuesta a escenarios donde la cultura está presente, convirtiendo su proyecto en un espacio atemporal. 


Cuando comenzó a exponer su trabajo, Taeko recibió una gran aceptación de estos espacios, que existen gracias a la visión que ella ha desarrollado viviendo en ambas culturas, y con el que comprendió algo que ahora le parece obvio; que no es la única con una historia de migración, ascendencia  y vida entre dos países como son México y Japón, recibiendo comentarios de personas con un antecedente similar y que al conocer el proyecto que desarrolló, tuvieron cierta epifanía sobre su origen dual, donde la cultura, folklore, tradiciones, modernidad y cotidianidad de ambos países estuviera presente en un mismo lugar. 


El poder crear estos espacios donde no solo ella se siente identificada sino que hay cada vez más personas que pueden sentir esa conexión, habla no solo de la integración de las culturas, sino de realidad híbrida. 



Japón y México, aunque se encuentren a más de 10,000 Km de distancia, tengan culturas e idiomas distintos, no son países extremos, coinciden y coexisten de diferentes maneras, en un espacio mental y también en un espacio fotográfico, creado por Taeko, donde esas realidades se intercalan de manera perfecta.


Estos países comparten algunas otras similitudes, como que Japón es una isla, al igual que lo fue (y seguirá siendo) el Valle de México, la gran Tenochtitlán, un espacio que estaba rodeado por un lago, conectado por calzadas, puentes, cables, las cuales Taeko considera que en nuestro presente, son las personas esas calzadas, esos puentes que conectan ideas, culturas, el pasado y el presente. 


En su trayectoria ha llevado su obra a ser expuesta en 5 países, así también ha presentado su obra en Sotheby's, una de las casas de subastas más grandes del mundo, llegando a diferentes ubicaciones geográficas, donde ha podido presentar su proyecto, que habla sobre quién es ella  y cómo entiende el mundo. 


Ha colaborado con grandes marcas, donde la fotografía sigue siendo el elemento central, así como la forma en la que ella ha plasmado su proyecto, junto con Nike desarrolló la campaña fotográfica de MMW Series 004, que Matthew M. Williams diseñó para Nike,  con un trabajo editorial de doble exposición.

En colaboración con Google formó parte del proyecto Nippon América 日本アメリカ, junto al peruano Luis Okamoto y el brasileño Marcio Takeda; todos con un origen común, en sus raíces, y con un proyecto que gracias a Alantl Molina, pudo ser llevado a cabo. En este, se dan las ubicaciones donde fueron tomadas las fotografías, con la posibilidad de que cualquier persona pueda visitar esos puntos y sumar nuevas fotografías al mapa. 


Es así como Taeko Nomiya ha creado un proyecto donde las imágenes son más que mil palabras, donde hay una realidad que tanto Taeko como muchas otras personas que tienen un antecedente de migración, pueden ver a través de estas dos lentes, una realidad híbrida que habita en un mismo espacio. 


Te invitamos a conocer más de su trabajo y obra en nuestra nueva exposición Fronteras Invisibles, la cual se llevará a cabo en Consigna del 10 al 12 de Febrero, adquiere ya tus boletos.  


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